martes, 20 de julio de 2010

El Aislamiento Profesional en la Docencia


Desde siempre se ha dicho que la docencia es una profesión solitaria. Lortie (1975) describe a esta soledad como un aislamiento a la cual son sometidos los docentes en las escuelas. "El aislamiento profesional de los maestros limita su acceso a ideas nuevas y soluciones mejores, hace que el cansancio se acumule interiormente.... genera conservadurismo y resistencia a la innovación educativa. (Citado por Fullan, 1999: 23).
El problema del aislamiento tiene raíces profundas, genera un cansancio y desgaste interno en lo personal, por lo cual el docente se encierra en su mismo realizando un trabajo individualista.
Las prácticas individualistas arraigadas en muchos centros, es una expresión muy ligada al léxico escolar tradicional. Este aislamiento produce atrofia profesional y dificulta la coordinación en una organización ya de por sí articulada de forma débil.
El profesor, por consiguiente, no suele tener suficientes patrones inmediatos de referencia con relación a si su trabajo se desarrolla o no de forma correcta. Este suceso dificulta el control y regulación general de las tareas de todos los docentes y origina incertidumbre en ellos. Las directrices, los acuerdos o los principios institucionales, aunque aparentemente admitidos por todos, en último extremo deben desarrollarse mediante acciones individuales cada uno en su lugar de trabajo; este hecho puede dar lugar a que los profesores las interpreten de formas diferente y, si no existe un adecuado trabajo en equipo que sirva para supervisar y regular el trabajo de unos y otros, puedan aparecer prácticas educativas descoordinadas o contradictorias.

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